El próximo jueves, día 21 de diciembre, se celebrarán elecciones autónomicas en Cataluña. Sin embargo, la coyuntura que rodea a estos comicios parece haberles aportado un cierto carácter distintivo. En virtud de esta realidad, he pedido a una serie de personalidades residentes en Cataluña su respuesta a las siguientes tres cuestiones:
1) ¿Cómo valora la convocatoria de elecciones del 21D?
2) ¿Cuál sería, a su juicio, el resultado más favorable para Cataluña?
3) Si se produjere ese resultado, ¿cuáles habrían de ser para usted las líneas de actuación del nuevo Govern?
Han tenido la amabilidad de responder Adriá Alsina, Pepe Albert de Paco, Xavier Arbós, Jordi Baeza, Jordi Bernal, Cristian Campos, Josu de Miguel, Laura Fábregas, Gabriel Figueras, Hèctor López Bofill, José Rico, Juan Soto Ivars y Manel Vidal.
Adriá Alsina es jefe de comunicación de Asamblea Nacional Catalana.
1) Desde la ANC consideramos esta convocatoria de elecciones una imposición ilegítima por parte del Estado y por parte del Gobierno del Estado sobre la mayoría de la población catalana y, por ello, pedimos el voto independentista, el voto para cualquiera de las tres candidaturas republicanas, y precisamente lo hacemos con la finalidad de demostrar lo ilegítimo de esta convocatoria.
2) Para nosotros, este resultado sería una mayoría clara del independentismo a través de sus tres listas electorales (JxC, ERC y CUP), una mayoría tanto en el total de escaños como en el número de votos.
3) La ANC no es un partido, así que no podemos entrar en los detalles de las líneas de actuación política. Nosotros sí esperamos que el nuevo Govern pueda poner en marcha el proyecto de república que actualmente se encuentra frenado.
Pepe Albert de Paco es periodista y escritor. Coautor de ‘Alternativa Naranja’, colabora entre otros medios en El Español, Jot Down, El Mundo o Libertad Digital.
1) A mi modo de ver, la convocatoria de elecciones del 21 de diciembre fue algo prematura.
2) El resultado más favorable para Cataluña, lo desconozco. Yo votaré a C’s.
3) La mera posibilidad de decir o escribir «La presidenta de la Generalitat de Catalunya, Inés Arrimadas,…» me da un cosquilleo de lo más placentero.
Xavier Arbós Marín es Catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Barcelona.
1) La valoro de dos maneras, que asumo que son contradictorias. Desde el punto de vista jurídico, me parece que la convocatoria es irregular. La razón es que el apartado 2 del art. 155 de la Constitución no habilita al Gobierno central para sustituir al presidente de la Generalitat en su facultad de convocar elecciones anticipadas. Desde el punto de vista político, en cambio, me parece una buena solución que se hayan convocado elecciones autonómicas en el plazo más breve posible. Es posiblemente la única manera de salir de la crisis política en la que estamos.
2) No soy neutral. Me he pronunciado públicamente en favor de la candidatura de Miquel Iceta para la presidencia de la Generalitat.
3) Las líneas de actuación del nuevo gobierno catalán (y ahí están las razones de la respuesta anterior) deberían ser: la superación de las divisiones entre los catalanes y entre los catalanes y el resto de los españoles, la recuperación del impulso económico que asegure el retorno de las empresas que se fueron y, finalmente, el inicio de un diálogo institucional para una reforma constitucional que pueda reparar el déficit de legitimidad que se ha evidenciado en Cataluña.
Jordi Baeza es especulador bursátil y comentarista político.
1) La convocatoria de elecciones yo la veo bien, pues puede ser un modo de desbloquear el asunto tal y como lo encontramos actualmente.
2) El resultado más favorable pasa porque las fuerzas pactistas se hagan con el Govern. Que Iceta y Espadaler queden al frente.
3) Se deben trazar alianzas en el estado para aprobar una reforma federal o confederal del mismo. Y se debe cuidar más a las empresas, así como también, bajar los impuestos.
Jordi Bernal es periodista. Colabora en medios como El Español, Jot Down, Revista de Libros, Letras Libres o The Objective.
1) Era necesario encontrar una salida digna al atolladero en el que nos han metido los partidos independentistas. Había dos opciones: mantener durante un tiempo el 155 o convocar elecciones. Visto que la aplicación del 155 deja mucho que desear, no valoro negativamente la convocatoria de elecciones.
2) Una mayoría absoluta de los llamados partidos constitucionalistas: C’s, PSC y PP.
3) 1. Dar por finalizada la aventura demente y suicida del procés/proceso.
2. Centrarse en la reconstrucción económica de Cataluña y fortalecer las políticas sociales por encima de las veleidades identitarias.
3. Desinfectar los medios de comunicación públicos: echar a los palanganeros, a las estrellitas del régimen, a los bufones de la causa y acabar con la presencia de Pilar Rahola en cualquier debate político que se pretenda mínimamente serio.
4. Introducir en la enseñanza básica, secundaria y universitaria una historia de Cataluña rigurosa y apartada de ficciones y épicas futboleras.
5. Hacer de una puñetera vez una Ley Electoral Catalana.
6. Ofrecerle la dirección del Teatre Nacional de Catalunya a Albert Boadella y esperar que la rechace.
7. Encargarle a Jaume Sisa una nueva letra de Els Segadors.
8. Regalarle un décimo de lotería a cada uno de los 2 millones de catalanes independentistas para que los pobrecitos recuperen la ilusión.
Cristian Campos es periodista. Es columnista en El Español y contertulio en esRadio. También colabora o ha colaborado en medios como Jot Down, El País o Libertad Digital.
1) En un primer momento, pensé que era una buena decisión. Le presuponía al Gobierno la voluntad de aplicar un 155 “duro” que levantara alfombras y desmantelara el régimen clientelar nacionalista. No ha sido así, Soraya mediante, y el resultado está a la vista: el independentismo sigue siendo el dueño de la finca y el matonismo nacionalista campa a sus anchas por las calles, los medios y las redes. Supongo que al PP le importan una higa los catalanes no nacionalistas.
2) Hombre, el más favorable sería una mayoría absoluta de Ciudadanos y una debacle estrepitosa de ERC, JxCat y la CUP. Pero me temo que eso es ciencia ficción. Me conformaría con una victoria en votos y escaños de Arrimadas y que los independentistas no sumen.
3) El mencionado en la primera respuesta: levantamiento generalizado de alfombras y desmantelamiento del régimen clientelar nacionalista. El fin de la inmersión lingüística, que tanto ha hecho por que los catalanes acaben hablando en swahili cuando creen estar haciéndolo en castellano, tampoco estaría mal. Y por supuesto, cooperar en todo lo posible con la justicia, por activa y no sólo por pasiva, proporcionando toda la información necesaria, para que los líderes del golpe de Estado nacionalista acaben en prisión.
Josu de Miguel Bárcena es profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona. Colabora en medios como El Correo, Revista de Libros o The Objective.
1) Estamos ante unas elecciones atípicas: son la consecuencia de la aplicación directa del art. 155 CE, por el que el Gobierno de la Nación hace suyas competencias estatutarias para disolver la legislatura autonómica y convocar elecciones. Es importante apuntar que no se deja espacio para una intervención “política” en el espacio excepcional que se crea a partir de la decisión del Senado el 31 de octubre de 2017. El PP, el PSOE y C´s prefirieron, en este sentido, llamar al electorado para que valorara la actuación de los partidos independentistas en el Govern en los últimos meses, creyendo quizá que no tendrían capacidad de recomposición después de la situación crítica creada en los últimos años y que alcanza su cénit en un golpe de Estado jurídico que tiene lugar en distintos momentos parlamentarios y administrativos durante septiembre y octubre de 2017.
Personalmente opino que Cataluña sufre una fortísima erosión de las condiciones institucionales para el desenvolvimiento normal de la democracia representativa. No estoy seguro, en tal sentido, que la llamada a las urnas resuelva problemas de fondo que llevan labrándose desde hace cinco años: polarización ideológica intensa, desaparición del principio de neutralidad institucional, quiebra de los mecanismos constitucionales que garantizan los derechos de la minoría política y relajación de los principios esenciales del rule of law que proporciona seguridad jurídica a los ciudadanos y operadores económicos. La democracia no es solo un conjunto de reglas del juego que agrega voluntades a través de la mayoría coyuntural, sino un sistema que, al generar incertidumbre y riesgo, solo puede desarrollarse de forma equilibrada si hay una cierta cultura política compartida (más allá del sentimiento nacional, obviamente).
2) Como profesor de derecho constitucional de una Universidad pública, no puedo en ningún caso manifestarme por un resultado más o menos “favorable para Cataluña”. Lo que sí quisiera es que, al menos, sea cual sea el resultado, que el futuro Govern y la mayoría parlamentaria que lo apoye pongan las bases necesarias para recuperar una cierta estabilidad que favorezca la inversión privada y pública, la vuelta de las empresas y, sobre todo, la inauguración de un tiempo de concordia política que permita mejorar sustancialmente las condiciones institucionales erosionadas que citaba en la respuesta anterior. Al fin y a la postre, todos estos deseos pasan por tener unos poderes públicos que, de acuerdo con lo dispuesto en el art. 9.1 de la Constitución, estén sujetos nuevamente a los límites impuestos por el ordenamiento jurídico, actuando de forma leal en el marco del sistema político multinivel en el que se encuentra incardinada Cataluña: España y la Unión Europea.
3) Creo que he respondido con anterioridad a esta pregunta.
Laura Fábregas es periodista y politóloga. Colabora en Crónica Global y también ha escrito para Jot Down, El Periódico o El Matí Digital.
1) Personalmente yo considero que es mejor celebrar elecciones que continuar por el camino de la ilegalidad.
2) El resultado más favorable sería un resultado menos fragmentado que el que se espera, pues en éste será muy difícil sumar mayorías y formar gobierno. Además, yo vislumbro una legislatura corta.
3) Las líneas de actuación para el nuevo Govern deben ser las siguientes: recuperar la seguridad jurídica para recobrar la normalidad institucional y económica; retomar el autogobierno y cambiar TV3 para que sea una televisión plural.
Gabriel Figueras es asesor de comunicación. Titulado en Historia, es fundador de la Revista Endavant y colaborador en medios como Jot Down o Rac1.
1) Yo considero que la convocatoria de elecciones del 21D es una convocatoria ilegítima, pero no me dan miedo las urnas, así que incluso ganaremos en éstas.
2) El resultado más favorable para Cataluña sería el siguiente: una mayoría de las tres listas independentistas (JxC, ERC y CUP), tanto en votos como en escaños, con Junts per Catalunya como la primera fuerza.
3) La línea de actuación a seguir es muy clara: desarrollar la República de una manera fáctica.
Hèctor López Bofill es escritor y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. En las elecciones del 21 de diciembre ocupa el puesto número 12 en la lista que Junts per Catalunya presenta en la provincia de Tarragona.
1) La convocatoria de elecciones del 21 D es una convocatoria ilegal, puesto que el artículo 155 de la Constitución Española no habilita para disolver un Parlamento democrático.
2) El resultado más favorable sería la victoria del bloque independentista a través de sus tres listas electorales (Junts per Catalunya, ERC y CUP)
3) Las líneas de actuación a seguir en este escenario han de ser: el retorno del President Puigdemont, la excarcelación de los presos, el restablecimiento de las instituciones y la implementación de la República.
José Rico Villalonga es redactor de la sección de Política de El Periódico de Catalunya. También ha colaborado en medios como la Cadena Ser o el Diario As.
1) Son unas elecciones excepcionales convocadas a partir del artículo 155 de la Constitución española, derivado esto de una situación en la que Govern y Parlament infringieron la ley. Por tanto, son unas elecciones legales y legítimas, pero dotadas de cierto carácter de excepcionalidad.
2) Un resultado que permita salir de la situación de bloqueo en la que actualmente se encuentra Cataluña.
3) En cualquier caso, que el resultado evite una legislatura como la actual, marcada, como digo, por esta situación de bloqueo. Asimismo, que se dé paso a una legislatura caracterizada por los términos de negociación y acuerdo, que es tal y como solían discurrir las legislaturas en Cataluña.
Juan Soto Ivars es escritor, su último título es ‘Arden las redes’. Columnista de El Confidencial, también colabora con LaSexta.
1) La valoro como un prólogo de las siguientes.
2) El único resultado favorable sería un gobierno mixto entre independentistas y constitucionalistas. PSC, ERC y Comuns. Pero es imposible que ocurra algo así con tanta gente en la cárcel, así que hay dos opciones: la primera es una repetición de la mayoría independentista, la segunda es un bloque constitucionalista, donde veríamos juntos al PP y al PSC con C’s.
3) Si se produjera el grupo mixto, las líneas de actuación del nuevo gobierno serían negociar la vuelta de los presos y volver a ocuparse de la política real. Enterrar el Procés.
Manel Vidal Boix es titulado en negocios internacionales. Colabora o ha colaborado en medios como la Cadena Ser o El Diario.es
1) Valoro la convocatoria del 21D como una imposición ilegítima del Gobierno español en el marco de invalidar el referéndum del 1 de octubre.
2) El resultado más favorable para mí sería uno en el que ERC, JxCAT y CUP sumasen el 50% de los votos o más. Si no, otro resultado en el cual ERC, CeC y CUP sumasen 68 escaños o más. Si ninguna de estas dos cosas sucede (tal y como es presumible), prefiero que ERC, JxCAT y CUP sumen 67 escaños o menos y el independentismo pase a la oposición.
3) Con el 50% de los votos o más, el Govern debería investir un President, formar gobierno, aplicar la ley de transitoriedad y desconectar por completo del Estado Español.