Es del todo indiferente el momento en que el conflicto entre Hamas e Israel concluya para que resulten ciertas dos cosas. La primera es que Israel será capaz de reclamar una victoria táctica. La segunda es que va a haber sufrido una derrota estratégica.
A nivel táctico, el éxito del sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro ha mantenido el número de bajas israelíes cerca de cero y ha reducido significativamente el daño material que causan los cohetes disparados desde Gaza. La invasión terrestre israelí también segará recompensas. De hecho, ya lo ha hecho: las fuerzas israelíes han descubierto y destruido varios túneles de Hamas, entre ellos algunos que fueron destinadas a permitir la actividad transfronteriza en Israel y otros que facilitaron el movimiento de bienes, municiones, y militantes dentro de la propia Gaza.
Prosiga la lectura (en inglés)