Nota: Las ideas aquí apuntadas han sido extraídas de la lectura exhaustiva de artículos en publicaciones especializadas en Relaciones Internacionales.
1) Netanyahu es un realista ofensivo.
Esta afirmación carece de cualquier atisbo de validez. Asegura Hussein Ibish que la característica más destacada del Primer Ministro israelí es la aversión al riesgo. Cálculo cuidadoso, precaución y un firme compromiso con el statu quo han definido su carrera política.
Opiniones al respecto estos días han sido las siguientes:
El Ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman criticó la “vacilación” de Netanyahu y declaró que “la actual ofensiva debe terminar con una toma de control total de la Franja de Gaza a cargo de Israel”. El Primer Ministro israelí respondió alegando que “ignoraría el ruido de fondo”.
Al ser objeto de críticas severas por parte del líder de Likud y Viceministro de Defensa, Danny Danon, reaccionó así. La extrema derecha presiona ingentemente a fin de desencadenar una operación terrestre en Gaza, empero Netanyahu se niega rotundamente a pasar de los bombardeos aéreos y las incursiones por tierra a pequeña escala. El notable ascenso de Netanyahu al poder político prolongado en Israel, sobre todo en su segundo mandato ampliado, se ha basado en su impresionante capacidad de posicionarse entre israelíes dos polos: los que quieren la paz con los palestinos y los que quieren consolidar el control sobre los territorios ocupados.
2) Israel ha originado esta crisis y ha empleado la excusa de los tres adolescentes muertos.
Netanyahu está fuera de su zona de confort. Se ha visto atrapado en un conflicto mayor con Hamas y otros extremistas en Gaza en el que no posee un objetivo estratégico claro y ni siquiera una estrategia de salida obvia, esto es: se encuentra a merced de los eventos y otros actores fuera de su control.
3) El gobierno israelí aviva la confrontación.
Fue precisamente el engaño que efectuó el gobierno israelí hacia su población con el fin de templar la situación y prevenir una respuesta agresiva que desembocase en una gran escalada en Gaza, lo que provocó que se desatase una terrible ola de ira en la opinión pública israelí. El inicio es sobradamente conocido: el secuestro de tres adolescentes israelíes en la Cisjordania ocupada por militantes que se asociaron con Hamas, pero muy posiblemente todo constituía una trampa. Las autoridades israelíes sabían desde el principio que los adolescentes habían sido asesinados poco después del secuestro, gracias a una llamada telefónica que realizaron a la policía en la cual el momento de su asesinato claramente podía ser oído. Pero las autoridades ocultaron la información a la opinión pública con el fin de llevar a cabo una ofensiva contra Hamas en Cisjordania, disfrazado como un esfuerzo para rescatar a los chicos. Esto constituyó un enorme error: fanáticos israelíes atraparon, torturaron y quemaron vivo a un joven palestino de 16 años de edad. Además de esto, la policía de fronteras israelí golpeó brutalmente a su primo de 15 años. A partir de ahí la escalada fue imparable y cualquier reticencia de Netanyahu hacia los militares fue vencida.
4) Israel busca desalojar a Hamas del poder.
Israel quiere que Hamas se mantenga en el poder en Gaza. Hamas en un grupo reconocible que puede ser culpado de las transgresiones acometidas. También pretende evitar la anarquía en la zona y el ascenso de grupos más extremos que podrían aumentar en su ausencia.
5) Israel está aniquilando a Hamas.
En el peor de los casos, Hamas podría acabar muy debilitado en términos militares, empero con una mayor influencia política y nacionalista en toda la sociedad palestina incluyendo Cisjordania, territorio en que la Autoridad Palestina se ha debilitado y se ve sistemáticamente irrelevante e ineficaz.
6) El conflicto es un escenario claro de victoria para Israel.
Esta idea tan difundida por los medios de comunicación es absolutamente incierta. Es un escenario claro de derrota para Israel en todos los casos. Es aún más evidente este efecto en el corto plazo. ¿Y entonces por qué se da? Pues porque el precio de un ataque inútil y sangriento en Gaza era menor que no hacer nada ante la enorme presión pública.